Memorias de una bruja

A veces siento que la muerte me alcanza, se enfada conmigo y me pisa la falda, a cada paso que doy ella esta conmigo esperando mi regreso al infierno, a ese infierno de angustia y soledad que me dejó él en tan terrible secreto, cuando lo maté

Cuando era pequeña era extraordinaria mi capacidad de amar y mi fe, porque creía en todos, luego crecí y cuando tenía 15 años todo se fue derrumbando en mí, todo en lo que creí ya no existía, supe entonces que nada era real y fue así como madure esa noche en la que escuché entrar a mi habitación a ese hombre a quien yo conocía más que nadie, me hicieron perder mi fe en la humanidad y en la vida, solo vivía para odiar, hasta que llegó él.


Tengo tantos sentimientos atrapados dentro de mí, que no sé por cual debo empezar para sacarlo todo de mi vida, comenzaré por él, porque me hacía daño su amor enfermizo, cada que me besa y me hace el amor me siento enferma, sucia, jamás soportaré que me toque porque cada que me besa me recuerda a mi padre y eso me hace ser infeliz.

Todo lo que hace, lo hace para complacerme y eso me causaba pavor, cocina para mí, compra todo lo que me da placer; chocolates, dulces y toda clase de cosas que yo deseo  y aún así jamás he podido amarle.

Destruiré todo lo que me hace infeliz y comenzare por él primero...

Comencé hace mucho tiempo mi plan y él ya está llegando a necesitarme, yo sé que necesito que estuviera como un loco, para ello hice una pócima secreta cada fin de mes, cuando yo y la luna estábamos conectadas por la sangre que fluía de mi interior, es como un elixir mágico, yo también bebo y mientras él va envejeciendo yo me hago más joven cada vez y después le hago el amor con tanta fiereza que jamás ningún hombre podrá resistir, es el único día que me entrego a él con un placer irracional, porque sé que dentro de poco el va a morir.

Al estar al contacto con su carne seca, tosca y asquerosa, bebo ese líquido viscoso maldito que me hace vomitar días y días después del coito, me dejo introducir ese asqueroso monumento del placer que a toda mujer ordinaria le causa exquisita voluptuosidad, pero que a mí me causa repugnancia, todo aquello por consejo de mis hermosas hermanas que sabían que con esa bomba sumisión al sexo opuesto iba a lograr mi cometido, matarlo, eso quieren ellas y yo.

Pero algo ya tenía en la cabeza, ni estos pies ni esta cabeza mía eran de este mundo, el llanto que derramo cada noche, se esconden en un frasco que yo tengo bajo la cama para elaborar un elixir que lo hace morir lenta y dolorosamente, él se refleja en la neblina de mis ojos y aúlla de dolor cada noche junto sangre de su garganta en ese vomito inesperado.

Pienso y pienso como he de matarlo más rápido, porque pese a todos mis esfuerzos él ha resistido en vano, pero siento que se va disipando lentamente. 

El día glorioso llegó, por fin ha muerto.

...


Aún siento remordimientos pues el dolor en el alma que él sintió el día en que iba morir y le confesé que yo lo estaba matando ahora lo siento también y me hace llorar, porque ni mis hermanas me hacen sentir el placer que él me hacía sentir cuando estaba a mi lado y por fin lo omprendo, cada mes de aquelarre nosotras gozamos a placer cuerpo a cuerpo con esa extrema bondad de las hadas del bosque oscuro, pero ellas y yo sabemos que yo aún lo amo que aunque sentía repugnancia ver su monte desnudo, me hacía sentir placer tenerlo a mis pies.

Aunque el recuerdo del monte oscuro de mi padre me hacía más infeliz y su solo recuerdo reflejado en el hombre que me amaba me hacia odiarlo más y desear su muerte, porque jamás quise que nadie me tocara después de aquellas repetidas violaciones, por eso amo a mis hermanas del bosque oscuro, porque ellas como yo tienen en su delicioso venus una completa extirpación del patriarcado y nuestro espléndido amiguito jamás nos hiere.

Sin embargo  cada que regreso a casa, después de haber gozado en esa terrible fiesta de los montes  me acuerdo de él y lloro porque sé que con él podía vivir mi vida completa, una vida completa sin peleas ni riñas y hubiera vuelto a ser niña, hubiera podido volver a amar, pero él no está, yo lo mate.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Caperucita ojos de miel

La silla del 3 de mayo

Eterna ciudad de zafiro