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Mostrando entradas de julio, 2019

Caperucita ojos de miel

En medio del bosque iba caminando con un canasto en la mano, grité   cuando vi al lobo, ese pequeño lobo que siempre me persigue y al que le tengo pavor desde que mi madre me advirtió que era una parrandero y es que siempre que se me acerca jamás sé que es lo que quiere, solo llega, me acosa y se va y vaya que no soy tan bonita. Esa tarde soleada en medio de el bosque fresco con olor a pinos y me llegaba el aire fresco del amanecer de la primavera. Mi madre me envió a comprar fruta al mercado porque mi tierna y adorable abuelita hace cockteles para vender en el tianguis del miércoles, bueno como iba diciendo, ese día soleado en esa mañana de abril se me acercó el horrible lobo con sus garras tan feroces y sus dientes afilados queriéndome comer. Sí, comer a besos, eso creería todo el mundo o también, y acá entre nos, yo eso deseaba desde hace ya algún tiempo, pues ese día que se me acercó el lobo, estaba dispuesta a no dejarlo ir sin saber sobre sus negras intenciones. Aquel día,

Encuentros cercanos

Un buen día llegó él de nuevo, con su ya muy conocida barba Don Juanezca y su consabida pretensión de quien o rompe ni un plato, pero deja tu corazón herido de por vida, mientras transcurría mi vida, de los quince a los veinticuatro, tratando de lidiar con mi siempre compañera: la soledad, supe de buenas fuentes que él ya tenía una relación estable y duradera, pero mi vida era tanto caos y pena, que dejé de pensarlo y me dediqué a   superar aquello que me hace más débil y más fuerte a la vez: la muerte, esa que ya era para mí un leiv motiv personal. Estaba segura qué no volvería y volvió, solo entró con un hola por delante y salió con mi virginidad entre las manos, ¿qué cómo fue?, tan sencillo, él tenía ganas y yo rodeada de ese mundo de promiscuidad y engaño me había hecho cada vez más indiferente a la efectividad amorosa y de pareja. Quería experimentar el más profundo orgasmo, que mi anterior pareja no me supo proporcionar, porque fue evidente que lo intentamos, pero al parecer

Pájaro de la muerte

He decidido escribirte después de tanto llorar Mis lágrimas son hoy estos versos que mi tu ausencia nunca podrá borrar[…] A Rodrigo con todo mi cariño Te encuentras en medio de todo aquello y no sabes qué hacer, tu mundo ha cambiado de la noche a la mañana y simplemente no lo entiendes, te encuentras parada enfrente de ese féretro gris, duro y tan frío como un bloque de hielo, tu corazón se ha convertido en una piedra desde aquel segundo en el que recibiste esa noticia. Tú, parada, con el alma destrozada, hecha pedazos, observas a través de aquellos vidrios como si fuese una pantalla en la que no puedes penetrar; está él, tan frío, tan duro, así como está tú corazón. Intentas gritar, correr, huir de esta realidad que es irreparable, mas, te limitas a acariciar aquella caja infernal, como tratando de recuperar el tiempo perdido. Tú y él separados por aquel vidrio impenetrable. Ya no queda nada de aquello que en un principio lo unió, pues él ya no está y jamás estará. El